viernes, 23 de febrero de 2018

LA DANZA DE LOS 144 MIL


Hoy me he levantado faltando cinco para las cinco, y he salido a caminar hacia San Antonio, por una de las calles que se encuentra sola, y un poco oscura.  Casi diagonal a la casa, observo a dos personas que están fumando sus últimos dos tabacos que le quedan en este amanecer.

Continué en la caminata, y me encuentro dos caballos.  Seguí adelante, estando aún oscuro porque la luz del día, no había llegado, y lo hice tan despacio, así como el suceso del mismo amanecer.

De regreso me detuve en la oscuridad, y los dos caballos pasteaban tranquilamente.  Yo me quedé observando la tranquilidad y la seguridad del caballo, por unos minutos.

De pronto observo hacia el norte por la calle, donde están fumando estos dos vivientes de mi vecindario, y se vinieron, pero antes tomaron sus decisiones y cada uno tomó una piedra en su mano.
Se me acercaron, riéndose, y como si no me hubiesen conocido o visto antes.

Yo los dejé acercarse, mientras mis brazos estaban cruzados.  Los caballos dieron la alarma, porque parece que no les agradó su voz y la fragancia de sus cuerpos.  Para mí fue un momento de comunión tanto con estos personajes, como con los caballos, porque prácticamente ellos me advirtieron de la presencia negativa de estos muchachos que no duermen las horas correspondientes, que pide el cuerpo y el alma de todo ser viviente.

Y allí comienza una obra de teatro al amanecer.  Estos continuaron acercándose y ya advertido por los caballos, ellos me saludan y me dice el mayor: yo soy Caín, e instantáneamente le contesté: Yo soy Abel Guerrero.

Entonces el hombre atormentado por los efectos de los narcóticos, me dice: ¿Cómo así que Abel Guerrero?  Yo le contesté: Guerrero, porque he peleado en una guerra, durante miles de años, que comienza en el año cero, y lo celebramos en la boda de los ciento cuarenta y cuatro mil de donde acabo de salir.

Me dijo espantando: usted parece un fantasma.  Yo le dije: tú lo has dicho: en el lenguaje soy un fantasma, en lo físico soy tan humano como tú.  Dice él: y ¿cuándo comenzó esa boda de los 144 mil?

Yo le respondí:  Cuando el hombre comienza a socializarse y deja que su alma disponga de la coreografía, que lo unificará con las diversas coreografías y culturas que tiene el jardín, y el mundo de la alegría, que comienza su nacimiento, cuando el sol de la danza, se engendra en el corazón del hombre y la mujer que se unen a través de esta fiesta, donde el hombre tiene la misma edad que la mujer: 144 años.

Y en esta fiesta, de los 144 mil, que ha estado en toda cultura de la tierra, en Ocaña, ha llegado esta danza, donde los Hacaritamas, promueven una cultura social que no debe morir, ni morirá. Igualmente que la naturaleza que nos advierte que Caín, sigue creyendo en las piedras como arma.

Dejaron caer las piedras, y me dijo: ¿por qué tú estás a esta hora de la mañana, despierto? Yo le contesté: porque la buena salud me lo permite.  El muchacho se ríe con su amigo, y me miran entre las tinieblas, y me dicen: entonces nosotros tenemos la mejor salud del mundo.

Yo les contesté: pero la están malgastando por fuera de la fiesta, la danza y la sociabilidad.  Y no se les olvide que están cordialmente invitados en esta fiesta de los 144 mil, que está celebrando la humanidad cuerda y pensante.

De mi les aconsejo que dejen los malos vicios, y compren la medicina alternativa, para purificarse, y que no sigan apoyándose en la violencia y en las piedras que nunca se usaron contra Abel.

Los invito a apreciar este video que se titula: CARRANGA Y VIDA de una duración de: 3: 43 cuyo enlace es: https://www.youtube.com/watch?v=E-k-8iWRoCI
F P C

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