viernes, 26 de febrero de 2016

CONDENADOS A LA MUERTE

Continuamos analizando otro comportamiento del abejorro, y es que a fines del otoño, todos los machos y las obreras, mueren; pero la reina se oculta en los agujeros de los árboles o del suelo, y allí pasa el invierno.

Cuando llega la primavera, origina de nuevo otra colonia.  Vemos en esta reina, un comportamiento bastante criminal, ya que a su debido tiempo, después de haber estado asesorando la colonia de abejorros, y haberlos alimentado y a su vez haberse servido de ellos; ella misma los condena a la muerte, dejándolos en la soledad del bosque, a merced de otros depredadores.

Esto también sucede en el ser humano, cuando una persona, le da clases de guerra a otra, enseñándole a manejar las armas, y luego las envían al campo de batalla, más sin embargo, el director se esconde, así como lo hace la reina del abejorro.

En la naturaleza está lo positivo así como lo negativo a la vez.  Lo negativo hay que saberlo leer, como en todo lo que letra y comportamiento. El mundo natural ofrece su letra conforme es la cultura del hombre.

Debemos tener en cuenta que los grandes mercenarios, estudian esa ciencia de la muerte, donde mueren los hombres que son avispas y que son engañados, por su propia naturaleza.

Así sucede en las culturas cristianas también, porque como se cree en lo negativo, se practica el acto de esconderse entre las hojas secas, y los troncos podridos que ofrece el bosque humano.

Por esa razón, no debemos andar en consejo de reina mala, ni en cultura de abejorros, porque la suerte será que el invierno de la destrucción, los destruirá.

Esta reina de la cultura de los abejorros, mata a sus servidores, sin misericordia; muy semejante al Hitler de la historia, donde sus servidores no podían dudar, porque eso para él, era una enfermedad en los abejorros humanos, que lo rodeaban.

La reina cuando se va llegando el tiempo, se empieza a retirar de ellos y a despreciarlos.  Los abejorros no se percatan de este hecho, porque sus sistemas están naturalmente creados así, y no pueden discernir.

Al hombre hay que tenerle cuidado, ya que es tan criminal, como la reina de los abejorros.  Al estudiar la naturaleza, nos encontramos con nosotros mismos y leemos nuestro conocimiento que es vanidad como el de la reina.

Muchas trampas tiene el hombre para su hermano, y muchas razones de muerte, son sus móviles, pero el que busca la inteligencia, detectará las intenciones de la cultura abejorro, entre los humanos.

"Guardaos de la cultura de los abejorros humanos, dice Jehová, porque ellos se disfrazan con buenas obras"

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