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En una cultura milenaria, se viene desarrollando un proceso educativo, que nos sigue aún llamando la atención, su metodología. En aquellos tiempos que sólo la historia tiene memoria a través de sus obras, podemos hallar que el hombre creía principalmente era en un pedazo de vara de árbol, para educar a la familia.
Estos temas o esta manera de educar, llevaron a muchas familias al lamento y al descontento por utilizar la vara como medio educativo, ya que era posible matar al niño, en medio de ese jolgorio, supuestamente de corrección.
Y cuando los padres no entendían la psicología del niño, mucho menos la de ellos, se enceguecían en algunos casos con el niño inocente, quien tenía que soportar la furia de su padre y más encima una leñera, que lo podía incapacitar para la vida física y el trabajo que debía realizar en este mundo, donde el hombre no quiere cambiar de metodologías, para la educación de la familia global.
Esta metodología no es estándar, debieron pasar muchos miles de años, para que el hombre entendiese realmente el beneficio con amor, de la educación. Cuando vamos a educar lo primero no es una vara, y no es un objetivo definido para el niño de quién será mañana, sino quién es hoy.
En este epicentro podremos entender que al niño hay que llevarlo es a conectores de sabiduría sin creer que él va a ser un presidente o un senador o un personaje prestigioso, porque esto daña tanto a la mente del niño, que va a ver y analizar un poquito en su medio psicológico, que se le ha pedido algo muy grande, como objetivo.
Vamos a permitir que el niño sea niño, y no se le ponga un objetivo de adulto antes del desarrollo de su niñez. Cuando esto no es claro para el docente, jamás lo será para el niño, quien ignora todo lo que lo rodea, pero tiene una virtud muy importante, que puede desde el campo educativo, entenderlo todo, sin el compromiso que le imparten sus padres, sólo porque ellos creen que ese debe ser su objetivo.
Hay padres que siguen señalándoles una carrera como la de ellos, o la de otra persona como referencia a su hijo. Sin embargo, en el mundo educativo, vemos muchos casos que no tienen nada que ver con el propósito que querían los padres para sus hijos.
Y se cuenta muchas anécdotas, sobre cómo tuvieron que soportar las inclemencias y la tormenta de amenazas, los niños, para lograr lo que ellos realmente amaban. O caminar a ese objetivo, sin que sus padres, se enteraran porque tenían segura, no la sabiduría, sino una corrección con vara.
Esa metodología ya ha sido abolida, no podemos creer que los padres aman a sus hijos, y cuando los van a instruir se convierte el hogar, en un centro de penitencia, donde se hace cumplir un objetivo, sin el raciocinio de la cultura y el respeto que se merece, el menor.
El filósofo y rey Salomón nos habla del muchacho que averguenza a su madre, pero si analizamos el muchacho que averguenza a su madre y a su padre, es porque en realidad el niño no es consciente de la instrucción.
Hay que entender que las tendencias en un ser humano, y más en un niño, se debe a que hay que trabajar la conciencia de ese pequeño para poder creernos que lo estamos educando. Si al niño no se le trabaja la concienca, los padres creían que con la vara resolverían este gran problema.
Cuando la familia humana se percate, se darán cuenta que es un crimen pegarle al niño con un objeto. En algunos casos, tenían que ser llevados a psiquiatría o a psicología, por el trauma que se daba por asuntos educativos.
Lo que indicaba que los padres no tenían idea de cómo educar. La educación involucra toda una ciencia, donde los niños y adolescentes, deben participar de ella, cada día, con buen espíritu, que esto no sea un cuchillo que corte, la sonrisa y que impacte en el corazón de ellos.
La presencia de personas, docentes o tutores, que no han entendido esto, debe quedar tan claro como la luz del sol en un verano al amanecer. Donde podemos llevar al niño a que aprenda la cultura del análisis, y la reflexión debe ser la propia vara de su sabiduría, para que aprenda directamente con comentarios sabios, que los tutores deben tener en cada día de clase.
Cuando el espíritu de investigación se abra ante la sabiduría de los tutores y maestros, los niños tendrán paz en el hogar. El filósofo y poeta rey Salomón, nos dice al respecto, para concluir nuestro blog: "La vara y la corrección dan sabiduría; Mas el muchacho consentido avergonzará a su madre". (Proverbios 29: 15) versión Reina Valera 1960.
Los invito a visitar este video que se titula: Diomedes Díaz & Rafael Santos Mi Muchacho, de una duración de: 4: 38, cuyo enlace es: https://www.youtube.com/watch?v=x5Qy4K4867Y
"Con vara y con golpe, corrige el hombre insensible, a su hijo"
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