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En este día de las madres, las estamos felicitando, y anunciándoles con ritmo, esa música tan preciosa tanto en su ritmo, como en su letra, que invita a despertar a la mujer hermosa y bella, tal vez no por su físico, sino por su modo de ser tan patente, tan suyo y tan nuestro, como es la madre, quien no solamente nos vio nacer, sino que gestó en su vientre, y mantuvo una música constante y sonante que transmitió en ese mundo a sus hijos, que hoy vienen como dice el poeta, a cantarle.
Es maravilloso sentir esa música del vientre, donde fuimos formados todos los seres humanos. Y llevarla como un principio que nos permite compartir y vivir en una sociedad de seres humanos musicales, como así lo podemos sentir y observar en nuestro mundo primitivo, el cual las madres son las que realmente lo poseen.
De allí lo que trasciende es una civilización y organización para vivir en el núcleo de la familia, teniendo en cuenta en su día ese primitivo mundo, pero que siempre está proyectando, la música del alma, a través de su instrucción, de su corrección, de sus dichos sabios que hoy en este día, venimos a recitarle todos sus hijos, que sienten la marca o el sello musical del amor.
Es importante que la familia tenga en cuenta a esa mujer de un perfil que algunos hijos no tienen en cuenta, y la dejan en su carrera musical humana. Donde ya no se recuerda en las tertulias, y se deja como una cosa del pasado, que ya sus valores, su cultura y su inteligencia, parece pasar de moda.
Pero realmente el hijo ignorante no puede comprender que él existe, porque ella le recibió en su vientre, con el cariño más tierno del mundo y le dio una formación que sigue hasta el final de ella. Pero los hijos, han dejado la maestra, la reina, la mujer que tuvo que pasar por momentos críticos, por momentos donde tuvo que pelear tal vez con la miseria, con la enfermedad, o tal vez con la inclemencia del tiempo para lograr que hoy sus hijos, sean lo que toda madre generalmente, se propone.
Y es que sus hijos, continúen en una formación, donde no se olvide el principio y sigan como un barco en alta mar movido por tantas olas que van y vienen, y se pierde la instrucción de los labios de esa madre que lo hizo con trabajo, dedicación y constancia, para que su cultura prevalezca, ante las adversidades de un mar enfurecido humano, como el que hoy se está viviendo en la tierra.
Hay muchos hijos que no aman a sus padres, porque para ellos los valores humanos no tienen la riqueza y no satisfacen sus caprichos. Por esta razón, las madres tienen que aceptar tal desprecio y tal humillación, porque sus hijos se inclinan es hacia el mundo de la injusticia.
Cuando en realidad, nuestras madres, han trabajado y lo seguirán haciendo para que los principios de su corazón, se sigan manteniendo en la próxima generación. Oh hijo, que dejas el amor de la madre, esperando y vas tras los pasos de los imprudentes, y crees que ese camino es tu futuro, dejando tu mejor presente cada vez que piensas que la vida es mejor sin la cultura de la disciplina, que el alma y el corazón de tu madre, ha depositado como legado en tu vida.
Mira que la vida sin pasado no tiene fundamento o raíz, ni creas que las muchas voces de ese mundo que te rodea, podrá reemplazar el amor y el cariño de una madre que se forzó y que se le debe amar igualmente para que el mundo conozca la gloria y la sabiduría de la inteligencia y vivencia, compartida.
Oh, cuánto amo a mi madre, aún más que todas las perlas preciosas y las criptomonedas donde el mundo tiene sus tesoros, pero hay uno que supera a las riquezas del globo, que es el amor de madre, donde las palabras y la elocuencia, se detienen a escuchar esas palabras sencillas, pero certeras en cuanto al presente y al futuro de nosotros, sus hijos, donde podemos escuchar de sus labios musicales, la eterna poesía y su danza de expresión, que la escucharán los hijos sabios y entendidos.
Los invito a visitar este video que se titula: Los alegres de teran - oh madre querida, de una duración de: 2: 07, cuyo enlace es: https://www.youtube.com/watch?v=uO6917hNJs4
"Instrucción y sabiduría, hay en la madre que ama a sus hijos, los insensatos, la desprecian"
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