Estando el 3 de enero de 2016, en la casa de un amigo, en el barrio Santa Clara, llegó un señor, como de unos 60 años, y me dijo que había escuchado hablar acerca de mi sabiduría. Ante lo cual yo le respondí: lo felicito, porque usted también es un tipo muy inteligente.
El señor me dijo: yo tengo un problema, y es que se me dificulta entender, porque no se leer. Yo le respondí: pero usted tiene buen oído. Él me respondió: si.
Nos pusimos a analizar la vida y la sabiduría, y a su vez me contaba que tenía siete hijas propias, y una de crianza. Así fue transcurriendo el tiempo y él me hizo una pregunta: ¿cuánto vale un ser humano?
Yo le contesté riéndome: un ser humano vale un plato de lentejas con chivo. Él se espantó ante mi respuesta y dijo: entonces lo que vale en nuestra cultura, es un plato de comida de $5.000.
Yo le dije: Sin embargo el Estadista y Rey Salomón dice que vale menos, que un ser humano se vende por un pan. Y precisamente nos estábamos tomando un chocolate con pan. Él me dijo: es increíble lo que me acabas de contar.
Me hizo otra pregunta: ¿entonces por qué pagan tan caro a los muertos aquí en Colombia, por el producto de la guerra?
Yo le conteste: lo que pasa amigo es que son dos tipos de compra diferentes, aunque sean seres humanos. Por ejemplo, Jacob compró la primogenitura de Esaú con un plato de lentejas y un guisado de chivo. O sea que la compró para negocio, y lo más interesante de este negocio, es que él se hace millonario con el asunto de una primogenitura tramposa, y una bendición que le da Isaac su padre, siendo engañado por las artimañas del deseo de las posesiones materiales.
Y la paga de los muertos en el mundo es para sustituir un poco el daño que se le hace a la familia, y ya esa persona no vuelve a tener parte en la resurrección económica.
Es preciso anotar mi querido amigo que tu familia se compra con una bolsa de doce panes. Él se tensionó cuando le dije eso y me dijo en tono embravecido: eso crees tú.
Yo le respondí: si tenés oído escuchá lo que dice el cuentero del nuevo mundo que conoce los valores del género humano, y su matemática está basada en el libro que cuenta la historia de las compraventas humanas.
El hombre se calmó y me dijo: a mí jamás me habían dicho esto. Creo que usted se sabe la Biblia. Yo le contesté: yo conozco tus obras que eres como Jacob, tienes una primogenitura espiritual, sin argumentos del libro de historia de las ciencias del cosmos.
"El hombre que tiene oídos, dice Jehová, entenderá el sonido de las letras y el analfabeta, será un conformista"