La naturaleza nos ofrece
una variedad de imágenes únicas y sorprendentes en su género, donde podemos
captar desde un simple insecto, un ave, un animal o hasta la imagen del hombre,
como cabeza de la creación y sello de las ciencias.
Se ha discutido el tema de
la evolución de diversas formas e incluso a través de métodos pedagógicos, que
tratan de enseñar un asunto vano, desligando la relación de Dios con el hombre,
en el sentido filosófico.
Cuando Dios creó la
tierra, nos creó a nosotros al mismo tiempo, conforme al orden de su sabiduría,
y para que el hombre no fuera a creer en filosofías falsas y vanas, estampó su
imagen en la naturaleza, como en el caso de la orquídea.
Las orquídeas nos
presentan una gran gama de imágenes de seres, que representan las diferentes
variedades y especies que el Creador diseñó para todas las culturas y tribus de
la tierra.
Soy un hombre que no he
sido muy amante a manejar los jardines, más sin embargo, ahora como biólogo y
filósofo debo tener en cuenta cualquier detalle de la naturaleza, ya sea de una
flor, una piedra, un ave, o un insecto.
Mi madre María Isabel ha
sido una mujer apasionada por las flores, sin embargo muy pocas veces tuvimos
un jardín en la casa, aunque fuese pequeño.
La sabiduría se percata no
solamente de crear al hombre, sino también de dejarle un mundo de sabiduría que
se halla en la creación, y Él sabía que nosotros los hombres, estudiando las
ciencias, encontraríamos nuestra propia imagen en ella.
Por lo cual la orquídea
“cara de hombre”, como la he llamado, es un asunto indiscutible de que esto no
se hizo de la nada, porque la nada, no piensa.
Esta orquídea tiene un rostro y un cuello perfectamente diseñado para
mostrarnos que esta tierra es del hombre.
Tomado del libro: UN SELLO NATURAL Y SECRETO, de mi autoría, publicado en GOOGLE.
No hay comentarios:
Publicar un comentario