Algunos escritores sobre zoología, tienen algunas definiciones que no concuerdan, con el mundo real, que contempla la ciencia de hoy. Algunos creen que el impulso es exclusivo del hombre, y que la creación es un títere que está dirigido por cuestiones externas, como las nubes, el sol, el frío, el calor, la luz, las sombras, el viento, el agua, el temor, el hambre, y que todo esto los mueve, menos su propio impulso.
Estos escritores, necesitan una comprensión más desarrollada y conectarse directamente con el currículo de acción natural. Cómo vamos a creer que la naturaleza, no tiene movimiento propio, en cada ser, en su mundo.
El movimiento es el sello principal en el aspecto de energía. Creemos que el frío a todo ser viviente, nos lleva a la cueva, al nido, al refugio o a la cama, como en el caso de nosotros los seres humanos; y así nos sucede a todos los vivientes de esta cultura, llamada cielo.
De pronto los escritores cristianos, se inclinan a sacar al hombre de ese hábitat natural, en el que él siente lo mismo que el animal, porque está formado con los mismos principios químicos, físicos y naturales.
Quieren hacer creer que el que es autónomo, en asuntos de impulso propio, es el hombre, y al mismo tiempo cortar el eslabón natural que nos indica que ellos son como nosotros. Esa zoología, es perjudicial para el hombre, para la sociedad y para el mismo cristianismo, porque ven el mundo científico como opositor a unas teorías que no tienen el sello del entendimiento universal.
El hombre y el animal, tienen entre muchas cosas, algo en común, ya que la fórmula química tanto para el animal como para el hombre, es igual.
Está lejos de la auténtica zoología, aquel que trate con razones no fundamentadas en estas dos fórmulas, decir que el hombre es el que tiene la garantía de movimiento autónomo.
Por ejemplo, aquí en mi casa, mientras estoy escribiendo este artículo, puedo contemplar a un chulo o guara, que vuela sobre el cielo de la ciudadela norte, donde nos está mostrando este video natural, en esta mañana con un sol caliente, que esta ave tiene su propio movimiento y que si no lo tuviera, no podría explorar en el cielo abierto, debido a que allí hay corrientes de aire que se lo podrían llevar y finalmente morir, debido a que él no tiene su propia frecuencia de vuelo.
Nos está diciendo el video natural, que la creación tiene su propio impulso, y que si ella es la que dispone su movimiento, su vuelo, sus pasos, sigue siendo interesante, no solamente para nuestra generación, sino que el Creador, nos ha dado un planeta donde la zoología como ciencia, nos da un conocimiento que nos permite mover los mecanismos internos tanto físicos, como de raciocinio en el caso del hombre, y no hay que dejar de entender que el hombre, es la cabeza que estudia la ciencia de la zoología, para aumentar las ciencias del cosmos.
"Porque lo que sucede a los hijos de los hombres, y lo que sucede a las bestias, un mismo suceso es: como mueren los unos, así mueren los otros, y una misma respiración tienen todos; ni tiene más el hombre que la bestia; porque todo es vanidad" (Eclesiastés 3: 19) Versión Reina Valera 1960.
F P
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