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El año, pronto va a terminar y las fiestas y sus faenas, igualmente nos dejan sus recuerdos. Anoche estuvimos celebrando el cumpleaños No. 449 de la ciudad de Ocaña. Pudimos ver y sentir cómo la humanidad necesita esparcimiento y el recordatorio, que es la estampilla de la amistad y sociabilidad.
La ciudad de Ocaña, está llena de seres humanos, en realidad, tranquilos, y cada vez que salen a sus plazas se puede valorar en ellos ese hilo del compartir. En uno de esos momentos, pudimos estar en el encendido de los fuegos artificiales y observar cómo desde el niño hasta el adulto, disfrutamos de este momento histórico.
La multitud se volcó con sus celulares y cámaras a registrar este momento cuando la noche era joven, hermosa y tierna. Entonces surge el momento donde las luces desfilaron con una estrella que se mantiene en todas las tecnologías, que están registrando este suceso.
Todo sucede bajo el manto del orden. En si la ciudad estaba allí lista como una esposa cuyos vestidos eran de diversos colores, y señoreaba sobre la humanidad Hacaritama, que observaba lo más sublime y hermoso en este momento esperado por propios y visitantes, que llegaron a esta fiesta a disfrutar de un sano esparcimiento, para compartir esta primera fiesta de fin y comienzo de año.
Mi esposa estaba entre la multitud y este servidor tratando de que las imágenes de este acontecimiento, fuesen lo mejor posible. Todo parece un cuento que surge cuando comienzan a brillar las luces con sus sonidos peculiares, que parece que el árbol estuviese sonando al mismo tiempo con el juego de luces.
El árbol de Navidad, es un símbolo que realmente no se puede separar de la humanidad, porque la tierra tiene tal vez, billones de billones de árboles, pero hay que entender que el árbol de la familia humana, es el más importante de todos los árboles que hay en el campo llamado: jardín.
Este árbol es el que administra las naciones, y puede pensar, razonar, gozar y disfrutar. Parece ser que sus frutos, los ama la tierra. Porque ella sabe que son los que la pueden administrar desde todos los ángulos o hemisferios de la tierra.
Sus frutos, los consumen todas las naciones. Y se van multiplicando para que nuestro jardín, permanezca igualmente que el árbol de la humanidad. Queremos enviar un saludo muy especial para todas las culturas y civilizaciones en nuestro cosmos.
Un saludo de amistad, de aprecio, de valor al bosque humano que ha permanecido en medio del jardín, durante billones de años. Sin embargo, la cultura del árbol de Navidad, se trata más bien de una razón para recrearse en familia y compartir historias de diferentes idiosincrasias ya sean de tristeza, de desánimo o de alegría, así como de triunfos y logros alcanzados, ya que el hombre siempre ha estado bajo la cultura de esta pedagogía científica.
He querido aprovechar este momento para escribir no solamente del cumpleaños de nuestra ciudad en el valle de los Hacaritamas, sino para compartir nuestras vivencias y cultura del árbol de Navidad, donde han habido tantos inconvenientes desagradables por dicho adorno.
Cuando simplemente es algo muy natural, poder tener uno de ellos en el hogar y poder sentir el espíritu y la influencia de la naturaleza, que está allí artificialmente. Sin embargo, el hombre y la naturaleza, son uno, y eso es lo importante que en esta Navidad, nos comprendamos a través de este análisis que los dos árboles tanto el humano, como el natural o artificial, traducido, son indispensables en el mundo de la tecnología navideña.
Los invito a visitar este video que se titula: ¿POR QUÉ EL ÁRBOL? C C J G, de una duración de: 3: 18, cuyo enlace es: https://www.youtube.com/watch?v=ZSR_3Md1JJg&feature=youtu.be
"Árbol de vida y sabiduría, he colocado en el jardín, para todas las naciones"
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