Un día de trabajo, en el mundo de los escarabajos, trabajaba y trabajaba un escarabajo. Y se quejaba, diciendo: ¿Cómo es posible que el trabajo sobre en nuestra cultura, y que muchas personas en el mundo, estén sin trabajo, esto es inaudito?
En esas iba llegando uno al lugar de trabajo, donde se lamentaba, el escarabajo mayor y le dijo: he escuchado tus lamentos, tú no entiendes que estamos siendo bendecidos, con que siempre haya trabajo, donde nuestra descendencia, no hará las labores, hacia el futuro, sino para cada día.
Y que esto representa una estabilidad psíquica, física y mental. Ya que no tenemos pena por este asunto.
Contestó el escarabajo mayor: ¿quién te enseñó a razonar? Le contestó el menor quien había acabado de llegar: la sabiduría de la tierra, me enseñó a ser agradecido con la madre naturaleza y con Dios, que nos ha puesto en un trabajo que no tiene fin.
Y todos sus estamentos están programados para no terminar: las ciencias, el conocimiento, el raciocinio, la literatura, las artes y mucho más de lo que tú te imaginas, y reniegas, mientras que la obra aún no se termina.
Atte. El intérprete de la cultura del escarabajo
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