La constelación es un grupo de estrellas que toma una forma imaginaria, en el cielo nocturno. El género humano contempla las estrellas en el cielo nocturno y no comprende lo que ven sus ojos.
Incluso, él mismo forma grandes grupos de seres humanos que se concentran en diversas partes de la tierra, pero no puede definir un símil de esos grupos en el que él participa aquí en la tierra.
Al contemplar el cielo y sus constelaciones, podemos filosofar de múltiples formas, y nos damos cuenta que cuando comenzamos la tarea de conocer las letras, es el comienzo de conocer la constelación humana que vive en un mundo nocturno, porque todavía no ha alcanzado a identificarse consigo mismo, ni con su Creador, ni con el mundo que lo rodea.
Mantiene una forma imaginaria, que cambia de apariencia constantemente, aún entre su propio grupo de seres humanos, ya que cambian su forma o figura dependiendo de las circunstancias o de la atmósfera que los rodea.
Así son las constelaciones del universo, a las cuales se les asigna nombres relacionados con caracteres mitológicos, gente, animales y objetos. Lo cual es como un juego de conectar puntitos en una hoja de papel.
Esta ciencia hace virtuoso al ser humano, y lo hace menos animal, menos soberbio y menos orgulloso. Es magnífico poder transmitir este conocimiento a la tierra, donde están los grupos o las constelaciones humanas.
Es una experiencia que está escrita hace millones de años, pero que la mayoría de la humanidad ha desconocido. Se necesita un tiempo de lectura diario, o tal vez una computadora que nos muestre ese universo de la constelación, y así nos podamos ubicar mejor en el mundo de las estrellas.
La unidad trae conocimiento, por eso Dios creó al ser humano en gran cantidad, y de él hizo constelaciones humanas e hizo los colores en la raza humana.
Estas constelaciones humanas son las que están licenciadas para conocer el universo, y es a quienes se les ha dado la llave del conocimiento.
Conocer la tierra es algo a lo cual nos lleva la astronomía, porque tenemos que analizar algunos comportamientos que están interpuestos entre nosotros y las estrellas.
Aplicando este conocimiento podemos decir que lo que se impone entre nosotros y el universo, es la pereza intelectual, que no nos permite conocer el mundo de la constelación, de la inteligencia y de la sabiduría humana.
"En las estrellas te he puesto sabiduría, y en la galaxia he puesto mi inteligencia. Dice la sabiduría"