El mundo ha dejado a un lado, las políticas de los valores auténticos, y esto nos ha llevado a un enfrentamiento, desde todos los estamentos que sin percatarse de la cultura de los valores, hemos llegado a este conflicto, donde el mundo arde, porque simplemente se perdió de vista el cultivo de valores, que son el elemento principal del género humano.
La nobleza se ha ido del ser humano, así como las nubes de verano, que nada tienen que hacer en la tierra, donde el hombre ha destruido su centro de atracción natural. Porque se han destruido los árboles y las fuentes húmedas, por lo tanto ellas, no son bienvenidas al planeta, debido a que no se cultivó el medio ambiente, para que cuando ellas lleguen puedan tener una comunión muy natural.
El mismo suceso, acontece con el ser humano, cuando se le enseña a la familia, valores, y se hace a través de los diferentes medios, que nos ofrecen los libros o literatura, disponibles en nuestro mundo científico.
Esto requiere de que los promotores, docentes, maestros y tutores, entiendan que en este cultivo de valores, hay que estimular a cada individuo o estudiante, haciéndolo con la humedad humana natural; permitiendo que el estudiante esté pronto a reconocer las cualidades propias, y las del otro.
En esto se necesita que el asistente o docente haga un énfasis desde la fuente de su alma, hasta que los estudiantes se percaten del sabor que tiene el reconocer los valores propios y de los demás.
El mundo ha perdido el buen gusto por una palabra que es elemental para poder valorar a los demás, e incluso a la naturaleza, que es: la nobleza.
Se ha dejado a un lado esta palabra o término, porque la humanidad la ha convertido en un mito, en un asunto que se cree por no investigar, que cuando hablamos de nobleza, estamos hablando de sometimiento; pero esto lo cree el que no conoce la sabiduría.
El que no coge un libro para investigar, se rebela contra los pilares de la filosofía, y entre esos está la palabra: nobleza, pureza, respeto, amor, aprecio, juicio y disciplina.
Se acaba de casar en Inglaterra, un príncipe, y cuando se habla de un personaje de esta talla, la llamamos: nobleza. Debemos observar que la nobleza, es cabeza, y en ningún momento, la nobleza se arrodilla o es algo muy inferior.
La nobleza como lo podemos constatar a través de las tecnologías y de la historia, es superioridad, valor e inteligencia. Y estas personas, son agradables. Porque en realidad, les interesa son los valores de los seres humanos que los rodean.
Incluso cuando se estudia valores, no podemos referirnos a los demás que tienen estudio y conocimiento, también nos referimos al ser humano que aún no conoce las letras, y de aquí damos un clic, y también valoramos a la naturaleza.
Es decir vivimos en un mundo, donde todo tiene valor, no os engañéis, la cultura superior, valora desde un átomo hasta el planeta más grande que haya en nuestro universo explorado, hasta hoy.
Al respecto encontramos esta expresión bastante definida de la tutora Elena G. de White, que a la letra dice así: "Cultive lo más noble que haya en sí y esté pronto a reconocer las buenas cualidades del otro" (El hogar cristiano, página 92, último párrafo)
"Si el hombre regresa a los valores, estos lo llevarán a la ciencia, la cultura y el buen entendimiento"
F P C
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