Una mariquita, amanece sometiendo a su semejante a que se mantenga, sosteniendo su imagen, sobre una hoja de una planta silvestre, a unos cuantos metros de mi vivienda en el barrio de Tacaloa, hacia el sur de la ciudad.
Pero al observar dicha planta, me doy cuenta que los bejucos tienen el mismo principio, que el de la mariquita, que es envolverse de todo aquello que esté a su alrededor, para poder surgir.
Esta escena fue grabada a tempranas horas del día, donde puedo compartir dos formas de una vida, con un mismo propósito. La humanidad se ha creído que el malo, es el hombre, y esto se predica en todos los púlpitos del jardín, donde no se consulta a la naturaleza.
Y el ayo para llevar al hombre a la inteligencia y cultura de las ciencias, es nada menos que la ciencia misma. Sin ésta, el hombre es un huérfano espiritual que no entiende que la biología lo transporta así como guió a Felipe, a enseñar y a leer correctamente.
El etíope era un cristiano, al cual las letras lo tenían encerrado y no entendía el conocimiento científico, y estaba en la misma condición de las plantas, que hay en la quinta del barrio Tacaloa, donde puedo ver nítidamente la imagen de esta planta que está siendo asfixiada por la ideología de un bejuco sencillo, que quiere enseñarnos cómo ellos viven a expensas de la savia de otros, y la incomodidad, mientras las plantas o árboles mueren lentamente, y son consumidos entre abrazo y abrazo.
Pero al observar dicha planta, me doy cuenta que los bejucos tienen el mismo principio, que el de la mariquita, que es envolverse de todo aquello que esté a su alrededor, para poder surgir.
Esta escena fue grabada a tempranas horas del día, donde puedo compartir dos formas de una vida, con un mismo propósito. La humanidad se ha creído que el malo, es el hombre, y esto se predica en todos los púlpitos del jardín, donde no se consulta a la naturaleza.
Y el ayo para llevar al hombre a la inteligencia y cultura de las ciencias, es nada menos que la ciencia misma. Sin ésta, el hombre es un huérfano espiritual que no entiende que la biología lo transporta así como guió a Felipe, a enseñar y a leer correctamente.
El etíope era un cristiano, al cual las letras lo tenían encerrado y no entendía el conocimiento científico, y estaba en la misma condición de las plantas, que hay en la quinta del barrio Tacaloa, donde puedo ver nítidamente la imagen de esta planta que está siendo asfixiada por la ideología de un bejuco sencillo, que quiere enseñarnos cómo ellos viven a expensas de la savia de otros, y la incomodidad, mientras las plantas o árboles mueren lentamente, y son consumidos entre abrazo y abrazo.
Es necesario que entendamos que estas políticas de empalidecer y consumir la planta, como lo hace el bejuco, que está a nuestro alrededor, es una cuestión que digamos es una película, donde el hombre de hoy debe analizar y antes de proceder, entender que esa cultura animal y natural, debe tenerse en los archivos de la mente, precisamente, porque esto nos servirá para darle a entender al mundo cristiano o no cristiano, que la astucia no es una cultura con promesa, en la que el hombre, debe confiarse.
El detener a otro insecto para tenerlo sometido, no es la política de las ciencias de hoy. Debe el hombre entender estos comportamientos de la biología, que continúa revelándose a nuestra sabiduría científica, para compartir con todas las culturas y lenguas de nuestro jardín global.
Son cosas sencillas, leales y verdaderas para que el hombre mejore su ritmo de vida, repose y tenga tranquilidad mental, que es la mayor seguridad del hombre pensante.
En esta escena, la naturaleza se mantiene al amanecer, sometiendo a su propio medio ambiente, dándonos otra posibilidad para que entendamos que nosotros somos el Adán, que nunca se ha encontrado en la historia de la Biblia.
Sin embargo, estamos aquí en este mundo para entender las vivencias de esta biología que lleva el sello de la unidad cósmica. Donde en cada planta, en cada bejuco y en cada hoja de éstas en el campo, nos muestran el atraso que tiene el hombre, cuando no explora el jardín de su casa.
Los invito a visitar este video que se titula: LA VIDA FÁCIL - C C J G, de una duración de: 2: 40, cuyo enlace es: https://www.youtube.com/watch?v=NVyFNwqE7NQ
El detener a otro insecto para tenerlo sometido, no es la política de las ciencias de hoy. Debe el hombre entender estos comportamientos de la biología, que continúa revelándose a nuestra sabiduría científica, para compartir con todas las culturas y lenguas de nuestro jardín global.
Son cosas sencillas, leales y verdaderas para que el hombre mejore su ritmo de vida, repose y tenga tranquilidad mental, que es la mayor seguridad del hombre pensante.
En esta escena, la naturaleza se mantiene al amanecer, sometiendo a su propio medio ambiente, dándonos otra posibilidad para que entendamos que nosotros somos el Adán, que nunca se ha encontrado en la historia de la Biblia.
Sin embargo, estamos aquí en este mundo para entender las vivencias de esta biología que lleva el sello de la unidad cósmica. Donde en cada planta, en cada bejuco y en cada hoja de éstas en el campo, nos muestran el atraso que tiene el hombre, cuando no explora el jardín de su casa.
Los invito a visitar este video que se titula: LA VIDA FÁCIL - C C J G, de una duración de: 2: 40, cuyo enlace es: https://www.youtube.com/watch?v=NVyFNwqE7NQ
F P C
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