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Cierto día, estando en la casa de mi esposa, en el barrio La Costa, estaba almorzando luego de haber llegado de mi trabajo. De pronto escuchamos que tocaban la puerta, mi esposa salió y atendió el llamado.
Eran cinco personas que habían sido enviadas a nuestra ciudad, a enseñarnos cómo leer la Biblia, y de pronto, les dio por hablar del tema de la salvación. Me levanté de la mesa, y le dije a mi esposa, que los invitara a entrar.
Nos pusimos a charlar y como todo lector de la Biblia, se hablan maravillas, que ninguno puede disfrutar, ya que no están al alcance de sus propias experiencias. Intensificaron la conversación, las cinco personas, compuestas por tres mujeres y dos hombres.
Observé que no tenían argumentos al expresarse. Y dejé que me contaran el plan que supuestamente salvaría a esta ciudad. He sido un hombre brioso, en asuntos de argumentos bíblicos, lo reconozco.
Sin embargo, había momentos en que hablaban dos al mismo tiempo, luego entraba la tercera persona, en medio de la charla, me estaba dando cuenta que no había cordura. Y que estos cinco visitantes, no atinaban.
Hubo momentos, en que ellos mismos, se ponían a debatir, algo así como cuando alguien está buscando problema y un amigo, lo empuja, sobre el otro y se prende la pelea es con el otro.
De esta forma, yo podía realmente ver qué era lo que ellos se proponían. Duramos largo rato ahí, prácticamente el tiempo de reposo del almuerzo. Me la pasé divirtiéndome, concretamente para que ellos no perdieran el hilo.
En esa efervescencia de la charla, ellos regresaban a mi, y continuaba este servidor, con el hilo de la conversación como dije antes, y entonces yo le dije a mi esposa que me trajera un vaso con agua. Enseguida lo trajo y lo colocó en mi mano derecha.
Ellos estaban encarnizados en el tema, yo me quedé escuchándolos a la vez que tomaba agua, y de pronto vino una avispa como la que tenemos en la ilustración, y cayó dentro del medio vaso con agua, que tenía en mi mano.
Llegó la hora de saber la realidad, aquella que durante tantos años, ellos habían estudiado y que realmente no les había sido de utilidad en dichos momentos, en los cuales le habían invertido gran parte de su tiempo.
Cuando ellos vieron que la avispa cayó en el medio vaso con agua, dijeron que la matara, yo les dije: no. Procedí a hacerles una pregunta: ¿ustedes si vinieron a salvar esta ciudad de los Hacaritamas? Ellos respondieron que si, que si Dios les daba el poder, lo hacían.
Yo les dije: es sencillo saberlo en estos instantes, y nos queda poco tiempo para resolver este asunto. Una de ellas, dijo: ¿cómo así? lo recuerdo fielmente en estos instantes. Ella estaba a mi derecha, y les dije yo: si vienen de Dios, conocen la obra de Dios, y simplemente, lo demostrarán sencillamente.
Le acerqué el vaso, y la avispa aún estaba viva y tratando de salirse. Ella se aterrorizó y dijo que no, que cómo se me ocurría. Yo aumenté mi velocidad con mi vaso con agua, y todos pegaban el brinco, así como los dos varones.
Les dije: de manera que ustedes no son capaces de salvar una avispa. Les voy a enseñar cómo se salva una avispa, que ha sido desechada por cinco misioneros, que pretenden salvar al ser humano, y no son capaces de salvar a una avispa. Cambié el vaso con agua, hacia mi mano izquierda.
Le introduje el dedo índice derecho, en el medio vaso con agua, y la avispa ya desesperada, se aferró a la piel de mi dedo. Y la saqué. Ellos se quedaron atónitos al ver cómo logré rescatar a la avispa. La avispa se calentó un poquito mientras que ellos la contemplaban maravillados, allí callados, y entonces unos pocos instantes después que se calentaron sus alas, voló hacia el cielo infinito.
Ellos se quedaron mirándome de frente, y vieron en mi un perfil argumentado en el conocimiento y en la ciencia. Algo que ellos no habían encontrado en el paso, por esta ciudad. Después de esto, yo les dije, que aún les faltaba mucho conocimiento en la ciencia y mucha sabiduría, para salvar entre cinco a una avispa, luego, ¿cómo pretendían salvar a una ciudad, y cuántos se necesitarían para salvar a la humanidad entera?. Ante lo cual, no hubo ningún tipo de respuesta, y uno a uno, se fueron yendo.
Los invito a visitar este video que se titula: AVISPAS EN SU AVISPERO (Polistes Gallicus), de una duración de: 1: 45, cuyo enlace es: https://www.youtube.com/watch?v=3T48AyqNa_8
"Pregúntale a la naturaleza, por ciencia y razón, y ella te encimará: unidad definida"
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