La música de la chicharra ha sido muy interesante, durante miles de años, en la tierra. Ha sido la inspiración de poetas y de intérpretes.
Sin embargo, seguimos entendiendo que su canto es realmente sonoro. Y que sus notas varían, en el mundo del pentagrama.
Debemos ver que la chicharra, no solamente es musical, digamos, sino que es danzarina, por naturaleza.
Muchas personas en el mundo sufren de depresión, debido al hecho de no tener en cuenta, la música, en su diario vivir.
Entendemos que la naturaleza tiene una infinidad de sonidos musicales apropiados para la mente del hombre, para que la mente pueda relajarse y pueda alcanzar los estándares de la razón.
La chicharra, lo hace de una forma muy natural, pero acompaña su canto con su cuerpo que vibra en la corteza de los árboles.
El hombre así como la chicharra, tiene una infinidad de sonidos musicales, en diferentes idiomas y diferentes interpretaciones que nos hace sentir la necesidad de la danza, que es tan importante en el mundo social.
Abstenernos de la música, es desechar el espíritu de alegría, que es tan importante, para nuestros ecosistemas de la mente.
De manera que la chicharra canta y danza, o vibra. Y el mismo ejercicio, debe ser el nuestro, ya que los medios naturales nos están señalando el camino a la felicidad y al folclor.
Decirle que no a la sabiduría musical de la chicharra, y otras músicas en el mundo, es no permitir que el cerebro, se oxigene. Porque esto es lo que hace la música, oxigenar, los sistemas del cerebro e incluso del cuerpo.
Las personas deprimidas, no tienen oxigenamiento mental, les falta la música tanto natural, como la del hombre, que son dos músicas que se fusionan para hacer vibrar.
"En la música de la chicharra, hay inteligencia, y oxigena la mente del científico, del bailarín y tonifica la razón"
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