lunes, 5 de octubre de 2015

DOS CULTURAS: UN HOMBRE SILVESTRE


Es muy difícil salirse de la cultura y el ambiente propios.  El asunto de la cultura es muy amplio, pero resulta que no podemos hablar solamente de la cultura, sino también de la incultura.

Digamos que la incultura, no es propia, porque no tiene valores en sí misma.  Sin embargo, el hombre inculto tiene unas virtudes naturales, o una cultura silvestre que es válida para el hombre inteligente, y que para él, es muy importante, porque todos los días está aumentando su saber, en su propio mundo.

Para el hombre silvestre, digamos, es muy difícil salirse de esa cultura, porque tal vez los amigos que le rodean no tienen una cultura que le permita entrar en el mundo de la civilización.

Le es difícil al hombre silvestre, de pronto: leer o adoptar los hábitos de la buena lectura.  Sin embargo, este tipo de personas tienen una sabiduría que honra su memoria.

Para una persona de esas, salirse de esos conocimientos, y entrar en nuestra cultura, le es difícil, porque muchas veces la cultura tiene ideas que para el hombre natural, no le es fácil concebir, y esto es un perjuicio para la cultura universal.

La naturaleza da al hombre su conocimiento y su ciencia que son indispensables para toda la tierra, que necesita salirse de ideas y conceptos que aunque vienen en la literatura, debemos pasar por alto.

La cultura natural no sólo le da al hombre: sabiduría, sino también ciencia.  Lo mismo encontramos en la literatura, porque son dos mundos gemelos.  

Por eso no podemos juzgar al hombre empírico, y sus conocimientos, son un patrimonio que debemos aceptar con agrado y buena voluntad.

Diríamos que la cultura natural, es la que se está imponiendo en el mundo, ya que en ella encontramos lo que calma la sed de un lector o lectores en el mundo, que braman por las corrientes de sabiduría, que se haya en ella.

El hombre silvestre aprende a leer, no en libros, sino en comportamientos que giran a su alrededor o medio natural.  El lector debe leer objetivamente, para poder a temprana edad, poseer una cultura que le permita entrar en la cultura natural y ser constante y sonante con respecto a la literatura.

 Los mismos aspectos se aplican para el estudiante y para los que quieren la paz, se necesita mucha cultura y sabiduría.  Porque una persona que realmente entienda la cultura no va a perjudicar a su prójimo de palabra, ni de obra.

"La cultura de los sabios, ama la inteligencia, mientras que el rebelde no aprende de sus propios golpes"

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