lunes, 23 de noviembre de 2015

DURMIENDO CONFIADO

Han habido muchas personas en el mundo, que han promovido la paz, y que hicieron tratados de paz, con sus enemigos.  Estos hombres tuvieron muchas luchas internas, porque la paz era una burla.

Y en la actualidad muchos de los que están con las intenciones de hacer tratados de paz, necesitan comprender la tranquilidad y el reposo que tiene una persona, que no se inmiscuye en problemas violentos contra la nación.

De hecho que la persona que ha estado en las fuerzas opositoras contra el Gobierno, muy poco se alimenta o come, muy poco reposa y por ende su cerebro se encuentra trabajando mal, porque siempre tiene que estar alerta y en pie de lucha.

De manera que la fuerza izquierda, está atentando contra sus fuerzas mentales, en primer lugar, y no tiene paz, porque la paz es una educación que nos permite vivir lo contrario, nos permite vivir tranquilos con nuestra propia familia, sin estar promoviendo soberbia, ni engaño contra nuestro prójimo, que es donde comienza la discordia entre la familia.

Y resulta la gente en una pelea que al comienzo es muy insignificante para los analistas, pero que al pasar el tiempo, y sin darse cuenta, se convierte en una guerra, en una tragedia.

La sabiduría nos está dando luz sobre esta guerra que ha vivido el planeta, y nos está diciendo que el que desenfunda espada, a espada debe morir.   

Pero nosotros los que conocemos la sabiduría, sabemos que los insensatos son los que deben deponer sus armas y acogerse a la amnistía de la paz que brinda el hombre y que sustenta Dios.

Porque no hay ninguna ganancia en la guerra, hay un despilfarro de economías de una manera despiadada.  Ninguna ganancia obtendrá la persona que no recibe consciente la paz.

Los que se retiran de la paz, necesitan: Psicólogo y hasta Psiquiatra, porque le han causado unas heridas a su cerebro, podríamos decir que irreparables, van a quedar con esas cicatrices que se reflejan en el comportamiento que de por vida van a experimentar.

La familia es muy importante, así como los amigos son indispensables, y amigos que no tengan que ver con la destrucción de los bienes de nuestra patria.

La libertad no tiene precio, no tiene guardas y no tiene que vivir sometida, porque ella construye al hombre desde el pensamiento.

Y cuando la persona es construida de nuevo a través del consejo y lo que ofrece la sociabilidad, nos atañe recibir el trofeo de todos los que evitamos destruir la familia, el país y nuestra tranquilidad.

"En paz me acostaré y asimismo dormiré; porque  sólo tú, Jehová,  me haces vivir  confiado"     (Salmo 4: 8)

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