La ciencia es una lengua que es entendible para todo ser humano, incluso para los ciegos, y otros seres que tienen problemas auditivos. Es importante que el hombre, escuche esa lengua y que además sea reverente y atento a su expresión.
Este lenguaje se puede escuchar cuando por ejemplo, el estudiante, escucha la biodiversidad que tiene esta gigantesca lengua, que la escuchamos en todo el cosmos. Y la madurez en nosotros, es muy importante, ya que ella nos permite percatarnos de cómo debemos hablar, cómo debemos expresar, y con quién debemos compartir.
Porque hay veces, como ocurría en las antiguas culturas, que a las personas no les gustaba que le hablaran o les dieran instrucción, de una ciencia, donde los príncipes y estudiosos, eran menospreciados.
Eso hoy, tampoco es aceptable, debemos tener un lenguaje que sea refrescante, para el oído de las personas que nos rodean y el mundo que nos escucha, nos lee, nos ve, a través de las redes sociales y de los blogs.
Cuando el docente va a instruir en un colegio o en una universidad, o en el común del pueblo, del diario vivir, y no tiene madurez, o sea no tiene academia, nos damos cuenta que la persona, no mantiene, digamos la frecuencia y no tiene la inteligencia para mantener toda la conversación en la primera línea que abrió, por decir algo sobre la educación; y se desvía y se pone es a hablar mal de las estructuras, a criticar los principios y leyes, que rigen en sí, la educación universal; y con eso es que él cree que está educando, que está instruyendo.
Podemos notar que se ha ido de la sabiduría a la crítica, lo opuesto a la razón inteligente y positiva. Así que sería bueno, si nos percatamos de que la naturaleza, no solamente es una lengua universal, sino que en primer renglón, ella nos habla de sí misma, y no del otro; esta es una de las ventajas de la naturaleza, como instructora.
El literato debe tener su propia luz, porque andar en tinieblas, es hablar y blasfemar contra nuestro prójimo, que es tan importante resaltar en nuestras obras, ya sea en la literatura o en el común vivir.
Sin embargo, la ciencia, tonifica esa anemia que hay en la lengua del escritor y le coloca un espíritu que al hablar, se escucha con la intensidad y sabiduría de la lengua universal. La naturaleza, nos sigue informando de cuáles son los aspectos que debemos mejorar en el asunto de la expresión, comportamiento y razón.
La investigación de las letras y de los conocimientos de la tierra, son los que afinan, y nos permiten aterrizar en la plataforma del pensamiento humano, sin complicaciones, con la seguridad de que nuestra nave puede hacerlo en cualquier cosmos del hombre pensante.
La experiencia conjugada con la cultura, la literatura y la ciencia, son las que le permiten al hombre, no solamente que conozcan su inteligencia madura, su cultura, sino que el mundo clamará y gritará que quiere más conocimiento y saber de la lengua cósmica, donde el mundo hoy, empieza a recibir sus primeros informes.
"La lengua del catedrático, ha sido educada por la ciencia, más los rebeldes e inconscientes, la desprecian"
F P
No hay comentarios:
Publicar un comentario