lunes, 20 de marzo de 2017

CAMBIO DE BAILARINA

Continúa en este 2017, la danza y la tertulia, que está sonando no sólo en nuestras redes, sino que también están transmitiendo las personas que llegan a conectarse con el fuego de esta danza, que parece no apagarse en este parque, que ha sido el escenario donde grandes personajes de la historia, como el General Simón Bolívar, Francisco de Paula Santander y José Eusebio Caro, entre otros, quienes en asuntos de danza, estuvieron en esta plaza, que hoy revive el fuego de su historia.

Ayer domingo, así como todos los fines de semana, llegamos mi esposa y yo, en la tarde, y la fiesta estaba con un brillo diferente, con una luz de felicidad, donde en cada persona, que estaba allí observando, se le notaba en sus ojos que aumentaba la energía de felicidad, y el espíritu de stress, se iba desvaneciendo, y los iba poseyendo, individualmente, la cultura del sonido.

Observé un poco, el ambiente, mientras que algunas personas me instaban a bailar.  De pronto observo a una joven entre la multitud, que rodeaba a los bailarines, en plena danza, que me hace un llamado a través de sus ojos y su sonrisa, caminé entre la gente y me acerqué a ella, y la tomé de la mano, y ella respondió y comenzamos a bailar.

Tal vez, no debemos insistirle a aquella dama, que  todavía está fría, y no ha sido calentada por el calor de la música, que aún necesita ese corazón más, motivación y disolver los conceptos erróneos, que aún las que están en la vitrina de esta danza, no han sido habilitadas, porque simplemente no es el momento.

Bailando, con esta joven, quien es una dama elegante, pero también tenía un brío que necesitaba una respuesta, que sólo ella y yo, podíamos sentir, ocurrió algo inesperado.

Yendo en la coreografía, le pisamos a otra pareja, la punta del talón a la señora, donde está apoyada su sandalia, al sentir yo, el roce, le di vuelta a mi bailarina, y observo a la señora con la sandalia en la mano, y le decía a su pareja: ¿esto que es?

Mientras que nosotros, bajamos la velocidad a la danza, para poder observar esta discusión. Su compañero le dice: cálmate, ponte la sandalia.  Y ella un poco contrariada, le dice a él: esto es una manada de burros.

El parejo le insiste en que no trate mal por este incidente a la gente que está allí, que es de todo tipo de estrato social.  Como ya estábamos bailando hacía rato, me pareció interesante jugar bailando, con esa pareja.

Me puse bien positivo y sonriente, y le dije a mi pareja, quien se había dado cuenta del asunto de la sandalia, que íbamos a hacer un cambio repentino, porque la señora no está agradada con esta situación, ya que ella no entiende que yo provoqué este incidente, sin ninguna intención.

Ellos me entendieron el mensaje de amistad, y en una de esas vueltas espontáneas de la danza, yo le quité la pareja al muchacho, y la mía, lo tomó a él, y le comenté a la señora, que en los bailes, a veces se nos presentan cosas desagradables, pero que ese es el ambiente normal, y que en todas partes del mundo, sucede algo similar.

Y el hombre y la mujer, están creados para resolver todos los problemas posibles en su diario vivir. Ella me dijo: usted ¿es docente?.  Yo le respondí: ¿por qué me dice usted eso? Ella me contestó: por su expresión.

Ella siguió, mientras bailábamos, exaltando mis virtudes, a medida que el público estaba atento en esta nueva pareja y calentaba más el corazón de los observadores con su danza.

"El corazón de la mujer bailarina, sufre percances, pero el corazón del sabio, alegrará sus pasos y calentará, su alma"
F P

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