lunes, 17 de abril de 2017

SIMULACRO DE DILUVIO

La humanidad, ha quedado psicosiada con la historia del diluvio, que tanto leen y recuerdan, los hijos de Adán.  Estando mi esposa y yo, ayer domingo de resurrección, en un baile, en esta ciudad del jardín Hacaritama: Ocaña, se presenta de repente, un fenómeno de nubes amenazadoras, con truenos y rayos, hacia el occidente de la ciudad de los Caro. 

Los presentes se asustaron y se decían unos a otros: la fiesta se acabó.  Vinieron nubes, en medio de su confusión, como en una escena de teatro, que presenciaba no solamente la visión, sino que sus rayos, cada vez caían más cerca del lugar donde los niños se encontraban y por lo tanto, se sentían aterrorizados.

Consideré necesario dirigirme al micrófono, y decirles que esto era un simulacro de diluvio, por lo tanto no  era una amenaza ni para la vida de los niños, ni de los adultos, y que tampoco destruiría ni haría daños en la ciudad; ya que el agua llegaría a nosotros suavemente, de tal manera que en medio de la danza, sería un espectáculo no vivido en nuestro mundo occidental.

Comenzamos a bailar de nuevo, mientras las nubes se reían, y de su rostro caían las gotas de lluvia que espantaron a muchos, aunque se advirtió que era el simulacro de diluvio y que las nubes necesitaban enseñarnos este teatro de un ser muy conocido en el mundo, llamado: Noé.

En cada momento, aumentaban las aguas en la nube, y las podíamos observar o monitorear, desde el mismo escenario que estaba invadiendo la cancha deportiva que no tenía una canalización adecuada, para las aguas de esta escena tan interesante para el ser humano, que le llama la atención este tipo de teatro, que es tan llamativo hoy, en nuestras culturas de la tierra.

Como todo era un teatro totalmente natural, los artistas, los bailarines, el público y los niños, los fue recogiendo el agua, que se acercaba con la misma suavidad como lo hacen las serpientes, en el mundo natural.

Este servidor, mientras danzaba con mi esposa, animaba a los actores en escena para que disfrutaran de este simulacro de diluvio.  Unos gritaban positivamente, otros reían a carcajadas, mientras tenían en cuenta su ritmo, y otras personas se sentían aterrorizadas, pero lo más interesante, es que los niños fueron evacuados, y sus madres se alejaron de la ciudad.

Nosotros continuamos aprovechando  que las nubes, querían que en este día, combináramos su espíritu teatral con la danza, que es algo muy relativo a la rebelión de la gente antediluviana.  En este caso nuestra arca, es el conocimiento y la sabiduría, cosa que el público no podía ver.

El agua que nos amenazaba a casi todos, seguía recogiendo y haciendo más estrecho el escenario de la danza, e hizo que por un momento llegara hasta el punto principal de nuestra alegría, y nos hizo cortar la música, porque invadió el escenario de los músicos, entonces las mujeres y hombres, se me vinieron y me decían desesperados, aunque algunos gritaban: ¿qué hacemos Alfonso, nos vamos a ahogar? 

Y yo les contesté: no se preocupen que la obra de teatro natural, ha sido registrada, gracias por vuestra participación.  Y salí fuera del escenario, y entonces las nubes empezaron a disolverse, ante la mirada incrédula de estos herederos de Noé, que no comprendieron realmente el cuento teatral de esta familia Hacaritama.
F P

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