EL ESPANTO DEL IRRACIOCINIO

La filosofía, produce espanto en la mañana y en la noche, y ciertamente es espanto, entender lo oído.  Podríamos comprender que al pasar los días, el ser humano, empieza a convulsionar cuando se le llama la atención acerca de sus malos comportamientos, que están siendo observados por representantes humanos que quieren que la justicia equilibre el pensamiento y las acciones de la familia humana global.

Para que haya un fundamento ético que respalde el corazón de la familia, se debe proceder a reconocer las fallas que tiene por naturaleza, la sangre humana.  Todo ser humano en nuestro planeta, debe llevar las marcas de la corrección que nos llevan a una cultura donde la experiencia ha sido vivida y sentida en su propia alma que busca entender el error y mejorar su nuevo día.

Si la familia no tiene presente el lenguaje de nuestro jardín, y pensare que él podría independizarse y vivir una vida donde la Sociología, no es el epicentro, o no es el sol que alumbra ese mundo frío, donde el sol del conocimiento no ha penetrado por las ventanas de su alma, calentando el corazón, que es la potencia principal del alma, le será un espanto a la humanidad, el entender lo oído.

El oír es algo que cuando se enseña, casi todos los estudiantes de las ciencias y el conocimiento, no lo creemos tan ciertamente, pero al pasar el tiempo empezamos a comprender y va entrando en nosotros ese sentir de la justicia y ese equilibrio en la vivencia de cada día, que en este clima del entendimiento nos produce sorpresa y admiración.

Porque en cada mañana, buscamos cada día comprender y cada día se va tornando en algo tan interesante como salir a descubrir ese mundo que en cada instante, personalmente me sorprende en cada mañana y nos deja cada día, una experiencia tan interesante y tan suave, que ha llegado a los sistemas del oído para sorprendernos, porque el día está creado para que el hombre admire y se sorprenda de lo que oye y ve, que siempre la naturaleza está recalcándonos en cualquier área que estemos involucrados en injusticias, en cosas que el pensamiento le produzca espanto al entenderlo.

La humanidad, necesita un conocimiento que luego no le cause espanto, que no le produzca convulsión en sus oídos, que no le produzca trastorno y que no haya sorpresa en cuanto al conocimiento de las letras, en nuestro jardín universal.

Si el hombre se percata de lo lindo y precioso que es el amanecer, y se inclinare su visión para entender el espanto que hay en él mismo, entonces su cerebro lleno de misterios, se transformará como las montañas al amanecer, cuando sale el sol, que están precisamente, sin color.

Pero cuando éste proyecta  sus rayos y empieza a surgir, podemos contemplar que la montaña misteriosamente, empieza a cambiar desde lo más alto y sus colores contemplaremos conforme a la biodiversidad de árboles, que ahora reciben un color nuevo cada día.

Las injusticias del hombre y el desequilibrio, necesitan el color de la sabiduría, empezando por el entendimiento.  Si el entendimiento e inteligencia del hombre no tiene esa variedad de colores que deben empezar en el Everest de la conciencia, vanos serán sus estudios y su profesión de ser humano, y su familia donde no se impartió el color de los buenos hábitos y la responsabilidad que son los fundamentos de la cultura y la ética de un jardín, que surgirá cuando el sol de la humanidad, alumbre en su biodiversidad de culturas, inteligencias y sabidurías de nuestro globo.

F P C