En el último día del año, ocurre una escena en la plaza 29 de mayo de la ciudad de Ocaña, muy llamativa, para comenzar el Nuevo Año. Me levanto temprano como de costumbre, después de bañarme, vestirme y verificar mi cámara en el bolso, la cual me ha acompañado desde mediados del año, salgo a la calle con la intención de ir al parque principal, de esta ciudad, donde siempre el productor inteligente, encontrará muchas razones para producir algo para compartir en este Nuevo Año.
Estando en el parque, me encontré con unos amigos y caminé después de saludarlos, hacia la columna de los esclavos, donde filmé tres videos, y el tercero para venirme fue el que me llamó la atención para este momento del año. Las palomas estaban alimentándose con un alimento que alguien muy de mañana, había dejado allí en su comedor, llamado parque.
Un ave negra, que no era de su misma especie, también estaba allí, tal vez era alguien que estaba representando para este Nuevo Año, a los extranjeros o visitantes que visitan nuestra cultura del valle de los Hacaritamas, cuyo mundo lo vemos promisorio, ya que el hombre comienza a hacer su alianza con la naturaleza, y a sentir su responsabilidad como lo podemos apreciar en este corto video, cuyo enlace es: https://youtu.be/_cbEuTT_iDY
Así la conservación no es un asunto de las empresas que están trabajando, involucrando al hombre de este principio de siglo en el cuidado y el respeto por el medio ambiente.
Cuando los hombres se percaten de que el amor del código del científico Moisés, está más allá de rendirle tal vez culto a las criaturas del jardín, y dejar muchas veces posibilidades para que hallan fuegos que destruyen millones de hectáreas de nuestro patrimonio, lo cual es algo que en este año, debemos mejorar.
Todo lo que atente a nuestro jardín global, debe ser considerado con razón, juicio y justicia, lo cual es interesante que la ornitología que nos muestran estas aves, nos dejan ver que el cielo se une junto a la mesa de los seres humanos, que se mantienen dispuestos a contribuir con un alimento para éstas que muy temprano acuden a su último desayuno del año.
Ocaña, es una ciudad que se sigue abriendo ante la cultura de las nuevas tecnologías, y a conocer sus montañas y sus gentes que tienen un espíritu de agradecimiento y amor por la humanidad que en este año, busca como las aves del parque, extranjeros que encuentren no solamente alimento, sino también conocimiento, recreación y esparcimiento para todas las civilizaciones de este jardín Hacaritama.
Las aves del jardín, y toda la comunidad de sus vivientes, os dan en un coro de bienvenida, al Nuevo Año, que comienza con una filosofía de conservación, cultura y poesía, para todos los vivientes humanos, que participan de este hogar, en la estrella del jardín, de la luz y esperanza para toda la tierra.
Estando en el parque, me encontré con unos amigos y caminé después de saludarlos, hacia la columna de los esclavos, donde filmé tres videos, y el tercero para venirme fue el que me llamó la atención para este momento del año. Las palomas estaban alimentándose con un alimento que alguien muy de mañana, había dejado allí en su comedor, llamado parque.
Un ave negra, que no era de su misma especie, también estaba allí, tal vez era alguien que estaba representando para este Nuevo Año, a los extranjeros o visitantes que visitan nuestra cultura del valle de los Hacaritamas, cuyo mundo lo vemos promisorio, ya que el hombre comienza a hacer su alianza con la naturaleza, y a sentir su responsabilidad como lo podemos apreciar en este corto video, cuyo enlace es: https://youtu.be/_cbEuTT_iDY
Así la conservación no es un asunto de las empresas que están trabajando, involucrando al hombre de este principio de siglo en el cuidado y el respeto por el medio ambiente.
Cuando los hombres se percaten de que el amor del código del científico Moisés, está más allá de rendirle tal vez culto a las criaturas del jardín, y dejar muchas veces posibilidades para que hallan fuegos que destruyen millones de hectáreas de nuestro patrimonio, lo cual es algo que en este año, debemos mejorar.
Todo lo que atente a nuestro jardín global, debe ser considerado con razón, juicio y justicia, lo cual es interesante que la ornitología que nos muestran estas aves, nos dejan ver que el cielo se une junto a la mesa de los seres humanos, que se mantienen dispuestos a contribuir con un alimento para éstas que muy temprano acuden a su último desayuno del año.
Ocaña, es una ciudad que se sigue abriendo ante la cultura de las nuevas tecnologías, y a conocer sus montañas y sus gentes que tienen un espíritu de agradecimiento y amor por la humanidad que en este año, busca como las aves del parque, extranjeros que encuentren no solamente alimento, sino también conocimiento, recreación y esparcimiento para todas las civilizaciones de este jardín Hacaritama.
Las aves del jardín, y toda la comunidad de sus vivientes, os dan en un coro de bienvenida, al Nuevo Año, que comienza con una filosofía de conservación, cultura y poesía, para todos los vivientes humanos, que participan de este hogar, en la estrella del jardín, de la luz y esperanza para toda la tierra.
F P C
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