Si la juventud de nuestro mundo, fuera más reflexiva ante la naturaleza, podría entender mejor las ideas que leen en la literatura, y en sus páginas, que les señalan un principio de mucho valor para el niño y el adolescente.
Cuando tomamos la lectura y lo hacemos de una manera cuidadosa y con los tiempos que ella misma trae, en los aspectos de redacción y gramática, podemos entender y asimilar estos tiempos, que son los mismos de la gallina en el jardín, cuando le enseña a sus polluelos cada día a través de la repetición de la instrucción, que da esta maestra, para que aprendan este ejercicio, que parece que no tuviera ningún sentido, para los miembros de la familia en la cultura del jardín natural.
Pero es más interesante para los niños inteligentes, de lo que se imagina o calcula una persona que quiere entrar a hacer parte del conocimiento de la tierra. La gallina con sus polluelos, es una academia, digamos: ambulante.
La familia en el campo, la observa y el que llega como visitante, generalmente, expresa algo como esto: "que bonita culecada tienen aquí" O sea que se admira superficialmente a esta gran maestra que ha estado con nosotros, durante el período de la transición cultural y científica.
Ella, al consumir su alimento, nos señala con su pico, el orden y también el respeto que está conjugado en la defensa natural de su pico. Al consumir su alimento lo hace grano a grano, dando un tiempo, para que éste llegue a feliz término a su organismo.
De esta manera, tenemos una ciencia que es tan importante para el ser humano, e incluso para su descendencia que debe tomar el alimento con orden, y así cada idea, que es como un grano de maíz, o bien puede ser un gusano o un grillo, lo come y lo transforma para que esta comida, se transforme, para lo cual necesita todo un proceso químico en el organismo.
El niño, el adolescente y el adulto, deben tener en claro cómo es que se toma una idea, y cómo se va transformando, de esta manera, entiende que su cerebro debe estar preparado o preparándose, para que las químicas de la razón, puedan actuar sobre la idea, que es semejante a un grano de maíz.
Entonces podremos entender mejor la escuela, el jardín, el colegio, e incluso la universidad. Debido a que tenemos un principio muy trascendental en el asunto del discernimiento. No se trata de que el ser humano, se lea las bibliotecas del mundo, y pueda llegar a ser uno de los poetas más destacados de nuestro jardín.
Si todo esto no tiene el principio que nos enseña la gallina, con sus polluelos, en las diversas culturas del jardín, no estará con los estudiantes el éxito y la gloria del conocimiento científico de nuestro siglo 21.
Cuando tomamos la lectura y lo hacemos de una manera cuidadosa y con los tiempos que ella misma trae, en los aspectos de redacción y gramática, podemos entender y asimilar estos tiempos, que son los mismos de la gallina en el jardín, cuando le enseña a sus polluelos cada día a través de la repetición de la instrucción, que da esta maestra, para que aprendan este ejercicio, que parece que no tuviera ningún sentido, para los miembros de la familia en la cultura del jardín natural.
Pero es más interesante para los niños inteligentes, de lo que se imagina o calcula una persona que quiere entrar a hacer parte del conocimiento de la tierra. La gallina con sus polluelos, es una academia, digamos: ambulante.
La familia en el campo, la observa y el que llega como visitante, generalmente, expresa algo como esto: "que bonita culecada tienen aquí" O sea que se admira superficialmente a esta gran maestra que ha estado con nosotros, durante el período de la transición cultural y científica.
Ella, al consumir su alimento, nos señala con su pico, el orden y también el respeto que está conjugado en la defensa natural de su pico. Al consumir su alimento lo hace grano a grano, dando un tiempo, para que éste llegue a feliz término a su organismo.
De esta manera, tenemos una ciencia que es tan importante para el ser humano, e incluso para su descendencia que debe tomar el alimento con orden, y así cada idea, que es como un grano de maíz, o bien puede ser un gusano o un grillo, lo come y lo transforma para que esta comida, se transforme, para lo cual necesita todo un proceso químico en el organismo.
El niño, el adolescente y el adulto, deben tener en claro cómo es que se toma una idea, y cómo se va transformando, de esta manera, entiende que su cerebro debe estar preparado o preparándose, para que las químicas de la razón, puedan actuar sobre la idea, que es semejante a un grano de maíz.
Entonces podremos entender mejor la escuela, el jardín, el colegio, e incluso la universidad. Debido a que tenemos un principio muy trascendental en el asunto del discernimiento. No se trata de que el ser humano, se lea las bibliotecas del mundo, y pueda llegar a ser uno de los poetas más destacados de nuestro jardín.
Si todo esto no tiene el principio que nos enseña la gallina, con sus polluelos, en las diversas culturas del jardín, no estará con los estudiantes el éxito y la gloria del conocimiento científico de nuestro siglo 21.
Debemos entender que la gallina para desayunar, lo hace de grano en grano Así el género humano podrá comprender cuando fije sus ojos en la naturaleza, que su educación y su enseñanza, hará al estudiante grande, debido a que escuchó la lengua de la instrucción, y aprendió así como los polluelos con paciencia y perseverancia, la lección de vida para vida.
Los invito a apreciar este video que se titula: EL ALIMENTO DEL LITERATO de una duración de: 3: 13, cuyo enlace es: https://www.youtube.com/watch?v=a0aZSegXXh8&list=PLzD4cflvP5uOvVd2jYTqQfuxok7nBXaXn&index=68
"Sabiduría, ciencia y literatura, nos enseña la naturaleza"
F P C
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