Estando sentado en el corredor de mi casa, vi que llegaron al comedero de aves, unos azulejos, y otra especie de azulejos, de tonos grises. Escuché a un pichón cerca, y los cucaracheros llegaron al comedero con su acostumbrado canto bullicioso.
De pronto apareció el pichón de una ziota en el comedero, detrás del cucarachero que cantaba. El cucarachero voló de pronto hasta un árbol cercano y siguió cantando escandalosamente, y lo siguió el pichón de la ziota, como insistiéndole en que lo alimentara y que a su vez se callara.
Volaron juntos hacia el caño hasta un árbol grande y sucedió lo mismo, porque el pichón permanecía prácticamente encima del cucarachero.
El cucarachero dijo en su canto: ya no puedo más con el hijo de la ziota, porque me tiene trastornado ¿qué te pasa polluelo? ¿estás abandonado?¿tú mamá se ha ido y te ha dejado solo?
El polluelo contestó: si, yo tengo comida, no es hambre lo que tengo
El cucarachero en un tono más suave y reposado le dijo: ¿dime entonces, qué te pasa?
El polluelo le contestó: lo que sucede es que yo paso mucho tiempo solo y mi mamá es conocida como una ziota libertina. Me da mis alimentos en la mañana y se va, y a estas horas llegó mi papá al medio día, y me dio el almuerzo y mi mamá no llega, porque seguramente está en algún festejo y por allá estará en la diversión que es clásica en los adultos. Lo que yo busco de ti es cómo divertirme un rato con tu música.
Dijo el cucarachero: ah, ya entiendo, vamos a cantar para acompañarte en tu soledad y te diviertas un rato con nosotros.
Yo me quedé poniendo cuidado a esta escena que fui escribiendo conforme se iba dando. Resolvieron los cucaracheros unirse a cantar y a divertir a este acongojado pichón de ziota solitario.
Las demás aves del vecindario escuchaban la música y la algarabía que hacían los cucaracheros en esta tarde, mientras que yo le agregué a mi nota lo siguiente:
No seas como estos padres de ziota que cumplen a medias con sus responsabilidades para con sus hijos. Dejar un hijo solo implica perturbar el normal desarrollo de la criatura y hacer que otros sean quienes tengan que apoyar su crecimiento.
El cuidado de un hijo es algo que requiere de mucha atención y de mucha responsabilidad, si usted tiene como última alternativa el dejarlo en manos extrañas para que otro lo atienda. Pero lo lógico es que usted esté al frente de ese hogar para cuidar a su cría y darle lo que requiere.
"Los padres irresponsables delegan el cuidado de sus hijos, a los demás"
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