Claudio soñó que unos ladrones entraron en su casa, asesinaron a su padre, a una cantidad de parientes y amigos. Pero el chico se escurrió por la ventana de la despensa y se dirigió cojeando hacia el bosque vecino.
Trepó a un árbol y esperó. Los ladrones salieron de la casa y se sentaron bajo el árbol en el cual se ocultaba, para repartirse el botín. Pronto comenzaron a reñir en punto de quien se quedaría, con qué cosas, y uno de los ladrones fue asesinado, y luego dos más, y después los que quedaban se pusieron a beber vino y fingieron ser grandes amigos.
Pero el vino había sido envenenado por uno de los ladrones envenenados, de manera que todos murieron en medio de grandes tormentos. El niño cojo bajó del árbol, recogió los valores y encontró entre ellos una gran cantidad de oro y joyas robadas a otras familias. Pero se lo llevó todo a casa consigo y se volvió riquísimo. (Tomada del libro YO CLAUDIO, del autor ROBERT GRAVES)
Esta historia o este sueño, u otros medios para contar en sus obras literarias, sus hechos, que van camuflados bajo una historia que es tan atractiva, lleva los elementos que al lector por naturaleza, le agradan.
La verdad es que cuando leo a YO CLAUDIO, encuentro no solamente una narración interesante, sino que nos entrega en ese mundo la lección, con esos personajes como en el caso de él mismo que se tira por la ventana, cojeando para huir, y entonces nos damos cuenta que aunque esa era su condición física, realizó todo un recorrido.
Aquí podemos pensar que a veces en nuestra casa, los tesoros que poseemos son muy pequeños, no les damos ese valor, ni los reconocemos. En este post conflicto, ojalá que cada una de las personas implicadas en el conflicto, tuviera una obra como esta, para que los estudiantes que tienen discernimiento, se percaten de que han pasado toda una vida, detrás de un tesoro que los ha invalidado, y se han tirado por la ventana del mundo natural, y se han puesto a mirar sus tesoros y celebrando sus triunfos económicos, se han emborrachado y muchos creyéndose amigos, finalmente, se han matado.
Otros han recogido sus botines, y se han percatado que a ellos también los habían engañado en las cuentas, aquellos que murieron creyendo en una sociabilidad económica corrupta, que los llevó a la borrachera, y a la destrucción con el cuerpo de delito, en sus manos.
Desde el árbol, Claudio, contemplaba este panorama, como en pantalla gigante, y podía ver que sus aliados literarios en diversas partes del mundo, contaríamos sus obras, y las adaptaríamos sin ninguna alteración o robo de autoría, al mundo de nuestra realidad viviente.
El Claudio de hoy, es el Presidente de nuestra República, quien a través de las Fuerzas Armadas, ha venido recogiendo los tesoros de hace cincuenta años, que los borrachos de codicia, han ido acumulando, así como los alzados en armas y el narcotráfico, que no se han percatado que el tonto amontona riquezas para el sabio.
Un mensaje al mundo os envío hoy: "No os engañéis, el hurto no prosperará, y acumular riquezas a expensas del pobre, los matará, el vino de la ambición" El que lea, entienda.
F P
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