La naturaleza, nos sigue informando y dando a conocer, su éxito en unidad, perseverancia y construcción. En los estudios que he logrado realizar sobre los insectos, puedo decir que las avispas negras, punta de alas blancas, al surgir del polvo de la tierra, hace miles de años, lo primero que hicieron instintivamente después que se vieron en nuestro mundo, fue saludarse con un beso, donde se comparten su saliva.
Y éste es el principio central de su comunicación y sociabilidad. Si otro insecto viniere como intruso a ellas para destruirlas, moriría, porque simplemente se darían cuenta que al examinarle la química de su saliva, dicho intruso no pertenece a su colmena.
Digamos que estos son los principios básicos que rigen en la cultura de estos insectos. Luego de esto, se percataron que estaban en un mundo hermosísimo, pero que también está lleno de peligros y acechos que están impartidos en cada ser viviente, por pequeño que sea.
Al ver esto, las avispas que caminaban sobre este jardín del Nuevo Mundo, decidieron ponerse de acuerdo, para construir su colmena, y empezaron la construcción habiéndose fijado en el lugar apropiado, y cinco avispas habían elegido el sitio.
Los materiales adecuados, estaban a su alrededor, y no les era muy difícil de llevar a cabo una construcción, donde se promoviera el trabajo en comunidad. La sociabilidad está presente en esta cultura de las avispas negras de nuestro jardín global.
Y tiene algo que llama la atención que es el corazón de la unidad, la cual es la procreación, cosa que se logra cuando estas avispas tienen su casa, y pueden tener, digamos así, su propio espacio para la reproducción.
Es bastante interesante conocer un poco la historia de los insectos, y es atrayente poder compartir esta experiencia, donde las avispas nos entregan su relato de cómo al surgir del mundo del polvo, Dios, había provisto todo con el fin de que el hombre, tenga conocimientos que lo ayudarán para toda clase de conflicto que se presente, a medida que el hombre inteligente, necesite para enfrentar en la colmena humana, las adversidades y obstáculos del día.
Y esto hace más emocionante el poder llegar a darnos cuenta, que la expresión de los insectos necesita suficiente saliva. Mientras que el hombre necesita igualmente, entender que la amabilidad, la cortesía y el afecto, son las químicas que deben estar en el polvo del sonido de su expresión.
Este sonido imparte partículas que el hombre descuidado, no puede apreciar, desde el polvo de donde ha surgido, toda la creación, que necesita un buen trato y análisis que la ciencia y la Psicología, nos llevan a entender la cultura de la materia.
"Del polvo a la construcción, de la unidad al amor y de la sabiduría a la razón"
F P
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